Actitud.


El tiempo es inevitable en su caminar,
y el destino es manejable a nuestras decisiones,
nos han golpeado sin cesar, mas no debemos,
dejarnos doblegar, pues no vale llorar, tampoco suplicar.
A veces le hice trampas para poderle ganar,
pero ahora pienso que hay que enfrentar cara a cara,
y después todo, para bien o para mal, todo pasará.

Yo le aposté a la vida que jamás iba a llorar,
y yo no sé perder, nací para triunfar,,
debemos sonreír y morirnos por vivir,
porque al final ¿de qué vale sufrir?

El dolor puede ser compañero, mas mi amigo nunca fue!!!
aunque a veces una pena desgarró mi corazón,
seguí siempre adelante,
y hasta mis anhelados sueños olvidé.

Pero el tiempo es tiempo y debemos,
nuestros sueños,  empezarlos a cumplir,
pues pienso que hoy no hay nada que perder,
porque al final ¿de qué vale sufrir?


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