Dejaré mi tierra por ti,
dejaré mis campos y me iré, . . . lejos de aquí.
Cruzaré llorando el jardín,
y con tus recuerdos partiré, . . . lejos de aquí.
De día viviré pensando en tus sonrisas,
de noche las estrellas me acompañarán,
serás como una luz que alumbre mi camino,
me voy pero te juro que mañana volveré.
Al partir un beso y una flor,
un te quiero una caricia y un adiós,
es ligero equipaje, para un tan largo viaje,
las penas pesan en el corazón.
Más allá del mar habrá un lugar,
donde el sol cada mañana brille más,
forjarán mi destino, las piedras del camino,
lo que nos es querido, siempre queda atrás, . . .
Buscaré un hogar para ti,
donde el cielo se une con el mar, . . . lejos de aquí.
Con mis manos y con tu amor,
lograré encontrar otra ilusión, lejos de aquí.
Cuanto camino es el recorrido y en cada paso según el momento emocional, aprendemos, comprendemos y asimilamos nuevas costumbres, de cada ser especial que cruzó por nuestra vidas, aquellas que compartían un pensamiento e ideas en común, buscando con la mirada aquella que pareciera pensar igual a nosotros, de aquella que gustaba de la gracia de la alegría y la historia, de aquella que gustaba de los dibujos y de la lectura, de aquella que inmersa en las leyes y los derechos, de aquella que amaba escribir poesía, de aquella que cantaba con su melodiosa voz, de aquella amante de la psicología, de aquella que salvó su vida y hoy con sus manos salva vidas, de aquella que lucha por cumplir sus ideales, de aquella que vive con fe su religión. Cuánto es todo lo aprendido, conocer a personas dedicadas y apasionadas con sus carreras profesionales, cuanto más debo aprender y agradecer por las magnificas lecciones que llevo en el alma.
Cada cual parecía vivir en el pensamiento y en la realidad, pareciera que nuestros ojos casualmente encontrasen esos dibujos encontrados circunstancialmente, encontrar a cada paso el nombre largo de la musa inspiradora, de encontrar el color favorito en cada jardín, tal pareciera que todo el paisaje de pinta del color de la musa, nos ponemos a pensar: ¿Simple casualidad? o es la atracción de aquellos en en determinados momentos de nuestras vidas, llenaron de sus presencias, nuestras vidas, el sentir un aroma, un perfume, nos lleva al recuerdo nostálgico, como para decir que día vivía pensando en su sonrisa, de noches la reencontraba en mis sueños, pero la realidad es que fueron como piedras aleccionadoras en el camino, no para confundir, ni detener mi camino, sino para enseñar algo nuevo en nuestras vidas.
Jamás volverán las golondrinas a tocar nuestras ventanas, y si volvieran, con sus alas a tocar nuestra ventana, es seguro que ya no serían las mismas, mas siempre veremos estrellada la noche, tiritando las estrellas a lo lejos, tan lejos como los recuerdos.
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