Adiós Pueblo de Ayacucho - Llaulillay


En muchas ocasiones nos toca compartir simultáneamente entre la alegría y la pena, de aquello que sucede a nuestros amigos mas cercanos, es así que mientras un amigo sufre la pérdida de una madre, paralelamente otros amigo gozan de alegría y felicidad por su próximo matrimonio, mientras acompañamos en el velatorio a todos los familiares compungidos y resignados a la pérdida,  en esos mismos instantes, estamos a la búsqueda de un buen obsequio a los novios, ya pronto esposos.
Ahora viene la parte reflexiva, pues en los cuentos de Akira Kurosawa, nos relata de como en cierto pueblo, al morir una persona mayor o muy adulta, se visten de blanco y danzan hasta su sepulcro, pero cuando muere un niño, lloran amargamente y con vestimentas negras, la reflexión es que un anciano ya cumplió su camino en este mundo, mas un niño fue truncado su camino.
Posteriormente el mundo avanzará irremediablemente, mientras unos mueren otros viven su felicidad, para luego seguir el ciclo de vida que tarde o temprano ha de acabar.
En resumen, solo nos queda vivir cada momento con la intensidad que queramos, cumpliendo nuestras metas, ya sean de índole profesional, de índole personal y emocional o tal vez en la índole económica persiguiendo mas y mas dinero. Pero sea cual fuera, es seguro que debe proporcionarnos felicidad, solo y absolutamente felicidad.

No hay comentarios: