Tu paciencia y mi silencio, decidieron terminar,
tu memoria y mi recuerdo, ya no quieren conversar
Son tus besos mi frontera, y mi cárcel, mi querer,
y aunque digas que no quieras, tú también sabes la verdad.
Más si algún día mis ojos, te vieran ajena,
no sé que haría, mi vida, te juro, no sé.
Nunca he sentido en el alma, tan terrible pena...
triste será… triste será…
Todo el odio que albergas en tu seno,
me ha robado la dicha, paz y calma,
hoy que en pago de mi amor me das veneno.
Mañana que me vaya a otro puerto,
tu imagen adorada irá conmigo; seré lo que tú quieras,
. . . un amigo, . . . y dejaré de amarte, . . .
No hay comentarios:
Publicar un comentario