Solo sé que mis poemas siempre fueron para tí,
siempre . . .
Embriagado de distancia y de nostalgia,
aveces con un límpido aguacero y siempre con una lluvia de luceros,
me recuerdan, que siempre buscando felicidad,
miro, de día y de noche, tu hermoso y esplendoroso cielo,
Arequipa Ciudad Blanca de mi amor.
Jamás impedirás que aún escriba para tí,
es seguro negarás el pasado y hasta olvidado dirás,
más hubo una fuerza que me enseñó a soñar,
y hoy me detuve para pensar y pensar,
preguntándome dónde perdí el corazón . . .
Algunas veces te sueño y aún despierto y sin querer,
me acostumbre y culpable soy yo por tener corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario