Encierro, emociones y soluciones

El aislamiento social obliga a las familias a reunirse, es una oportunidad única que muchas veces los psicólogos recomiendan, compartir en familia. Muchas veces la actividad laboral obliga a padre y madre a estar lejos de su hogar, asimismo si han existido problemas, estos se han obviado y no se han enfrentado. Es posible que ahora esta obligatoriedad haya logrado diálogos fructíferos, diálogos y soluciones productivas, en beneficio de sus hogares, es seguro que porcentualmente muchos hogares mejoraran las relaciones de padre-madre, padres-hijos y asimismo hijos-hijos, pues es fundamental que las relaciones humanas se mejoren y superen aquellas situaciones que normalmente no se enfrentan, usando excusas sobre el tiempo, las ocupaciones y otras justificaciones que dieron paso a esconder los problemas y vivir sin solucionarlas. La tierra descansa y el virus busca convivir y destruirnos, pero es ahora que nos da la oportunidad nunca consentida por el diario vivir, éste es le tiempo y el tiempo es muy valioso, permitiendo aprender a vivir en paz.

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