Cuando tenemos niños a nuestro cuidado, se suele manipularlos, mas cuando crecen poco a poco van aprendiendo y comprendiendo que no todo es como los adultos les decimos, van creciendo, conociendo, van analizando, lo cierto, lo bueno y lo falso, van aceptando poco a poco o bien van cuestionando mucho, hasta que llegan a una edad universitaria, donde experimentan y viven otras experiencias. Tan pronto van creciendo en su formación profesional, también sus modos de reflexión van cambiando, pues vemos el producto de aquella formación que les hemos dado, ya no podemos imponerles nuestras ideas, solo les podemos manifestar, nuestros puntos de vista, así como comentarles sobre nuestras decisiones y ante una determinada problemática, hablamos como dos adultos, debatiendo, poniendo puntos de vista, cuestionando y son preguntas y respuestas, tanto de ida como de vuelta, hasta que llegamos a hablar de ciertas decisiones que ya son de carácter personal y estos nuevos jóvenes, suelen sorprendernos con respuestas muy sabias: "Sólo tu sabes lo que realmente debes de hacer, no necesitas la opinión de los demás" y uno queda realmente fascinado por la forma en que empiezan a decir también, que cuando lleguen ellos a tomar sus decisiones, requerirán una respuesta como la mencionada, pues al final cada cual sabe lo que es bueno y lo que es malo en nuestras vidas.
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