Tienes la expresión de una flor,
y el alma como luna llena.
Tienes en tus palabras calor,
pero tu ausencia es frío de invierno,
emociones que llevas a flor de piel,
que son como azotes de un frío viento.
Yo tengo el corazón de poeta,
de ser un niño grande y de hombre niño,
capaz de amar con delirio,
de hundirse en la tristeza y la nostalgia.
Tengo el alma de vagabundo y de mendigo enamorado,
mas tengo la arrogancia del sol regente,
y de sentirme único e inigualable.
De mirada cándida y de vida enamorada,
soy poeta, amigo y amante fiel.
Soy aquel que camina junto al pensamiento,
a veces bajo la lluvia y siempre soñándote al ver las estrellas,
de algunas noches, de aquellas en las que tú, inquieta luna,
decides aparecer.
Siempre hablará el corazón,
en mil poemas y en música,
y en un pensamiento nostálgico.
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