Ya pasado los 20 años en interminables actividades en favor de los ancianitos olvidados en los asilos, un grupo de jóvenes les alegrábamos en celebraciones como el día de la madre, el día del padre, por la llegaba de la primavera, por la navidad, por año nuevo, por el 14 de febrero, por el día de la mujer, en fín, siempre estábamos dispuestos a colaborar con algunos pequeños obsequios o bien un pequeño compartir, haciendo teatro, cantando con nuestras guitarras unos emotivos huaynitos y boleros, haciéndoles bailar y en otras un simple escuchar a tanto anciano olvidado, rememorando sus peripecias en la vida vivida, escuchando sus consejos, a veces llega el olvido de sus nombres, tan solo recuerdo uno y era Marujita, una increíble modista, mostrando todas sus revistas de modo, mostrando aquella que aún sus manos podían hacer, mas pasa el tiempo y surgen otras prioridades y tarde o temprano tuve que dejar todo ese mundo en que me había envuelto, para empezar la mia vida, para tal vez poder contarles a los nuevos jóvenes que tal vez en un momento avanzado de mi vida tenga frente a mi. Aún yace en el recuerdo unos de esos temas que gustaban a nuestros viejitos amados.
Naranjitay, pinta pintitay
Naranjitay, pinta pintitay
T’hey de robar de tu quinta
si no es esta nochecita, mañana por la mañanita…
A lo lejos, se te divisa,
la punta de tu enagüita, la boca se me hace agüita
y el corazón me palpita.
Tus hermanos, mis cuñaditos
Tus hermanas, mis cuñaditas,
tu padre será mi suegro, tu madre sera mi suegra
y tu la prenda más querida.
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