El Regreso

Quería verte inolvidable tierra querida,
Arequipa ciudad blanca de mi amor,
Embriagado de distancia, añoraba la fragancia
de tu suelo tu campiña y su verdor

Cuando hace tiempo deje tus lares entristecido,
con la pena de los hijos que se van, Hubo un límpido aguacero
y una lluvia de lucero, en mi ojos contemplando tu volcán

Hoy que regreso peregrino fatigado, con el corazón cansado de buscar felicidad
Arequipa, soy feliz en tu regazo, con el beso y con el abrazo
que me otorga tu bondad.

Cuando yo muera que me entierren en tu suelo, y algún día bajo el cielo,
unas flores crecerán, sera mi alma, asomándose a la vida
desde mi tierra querida, para ver a mi volcán 


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