En vida fuiste dama digna de gran templanza, padeciste el dolor y la enfermedad, como una santa, pero hoy partiste a un lugar especial para ti, mereces ya descansar en paz y estoy seguro que así, al fin llegaste allí. Queda en el recuerdo aquella forma de ser muy especial, a pesar de mi imperfecta vida vivida, fuiste mi respeto y mi admiración y el homenaje a tu gran paciencia y comprensión, hoy lleva tu nombre impregnado en tu descendencia, como gratitud a tu presencia en esta vida. Descansa en paz dama maravillosa.
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