Hay caminos misteriosos, que alguna vez en la vida, nos tocó sentir.
Luis Alonso un joven temeroso que amó por primera vez, se sintió triste y decepcionado, al confiar en su mejor amigo y éste se atrevió a enamorar a su amada elegida, decepcionado tomó los hábitos para convertirse en un soldado de cristo, pasa el tiempo y su amada Amelia, descubre la verdad y va en pos de recuperar a aquel que le amaba, logrando su objetivo. Ya ambos empiezan a vivir los mas bellos momentos que viven los enamorados primerizos, hasta que pasados seis meses ella comienza a comportarse algo rara, algo distraída, caminaban tomados de la mano, hasta que Luis Alonso le hace una pregunta irrebatible: ¿Vas a irte? y ella, al fin suelta una palabra que golpea el corazón de Luis Alonso, con un rotundo si, . . . quedó un silencio en aquella tarde de diciembre, un largo caminar, un largo caminar hasta su casa, ella se iba y el caminaba muy sereno, él responde con una falsa tranquilidad: no era necesario que me ocultaras tu decisión, eres libre, libre para estar aquí o libre para ir allá, ¿sabes? el amor es libertad y en verdad eres libre, . . . no te detendré. Una mirada de paz nació en ella y estaba relativamente feliz, caminaron tomados de la mano, hasta llegar a la puerta de su casa, cada paso andado era un minuto menos sin ella, era un adiós para siempre. Se dieron un fuerte abrazo. Ella dió un beso a un crucifico que él llevaba y entró en su casa. Él caminó por muchas calles, con el alma destrozada, era su amada que partiría para siempre y así se cumplió. Fueron los mas tristes meses de toda su vida, quedaba sin entregar aquel obsequio de navidad, quedó sin entrega el regalo del 14 de febrero, sin entrega el regalo por su onomástico, quedaron mil palabras sin decir, que tan sólo el pensamiento guardó. Pasaron muchos meses de duelo, para poder olvidar a ese gran amor, aquel que ya nunca regresó. Queda en el pensamiento cumplir siempre dos deseos, uno es aceptar la voluntad de Dios y la otra es aceptar la voluntad de aquellos que quieren volar un distinto vuelo al nuestro. Es vital mantener la dignidad y ser fuerte para decir adiós. Pueden llamarle cobardía, cuando no lucha por su amada, pero si ella se aleja, no tiene sentido ser obsesivo-compulsivo con una persona, que ya desapareció. Es ella ahora una religiosa, son tantas historia y tan curiosos destinos que la vida nos brinda a cada paso andado. Caminante, caminante, no hay camino, pues somos aquellos caminantes y está en nuestras manos crear caminos nuevos, para ya no recorrer viejos caminos vividos.
Un Blogs.
Un Libro.
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