Los padres tenemos responsabilidades que cumplir con nuestros hijos, el exceso de afecto hacia ellos podría provocar llegar a realizar "sacrificios" algo que ya no es correcto, pues llamaríamos sacrificio, cuando ellos sufrieran de una enfermedad y fuera realmente necesario entregar hasta lo que no tenemos, con la única finalidad de salvarle la vida, pero después de ello, no tiene sentido. El exceso de afecto causa daños colaterales, cuyos efectos serán contraproducentes y llegaría a incluso sufrir un efecto bumerán, es decir que vaya en contra nuestra. Otra realidad es la voluntad, pero siempre de modo moderado y realista. La sabiduría es dejar que cada ser humano logre sus objetivos, en base a su esfuerzo y sólo ayudarlos en situaciones extremas. Es lamentable pero cierto, la sabiduría no es factible en los jóvenes, salvo algunas excepciones, pero la mayor parte logra una sabiduría en su edad madura y aún así, hay quienes a pesar de sus conocimientos y sin las experiencias necesarias, no lograrán comprender este nivel llamado sabiduría.
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