Escribir un poema es un arte, pero cuando dialogaba con unas niñas fabulosas, sus preguntas eran y si ya tenias libros publicados y la respuesta fue relatarles una historia de un gran intelectual peruano Manuel Gonzáles Prada y en unos de sus escritos que anteriormente coloque en mi blogs, "El Amigo Braulio". Fragmento extraído del recuerdo, de aquella maestra de literatura y lingüística de nombre pecualiar "Ducelia", de vestimenta impecable desde la cabeza a los pies, de caminada y mirada altiva y vivaz, realmente toda una dama, capaz de detectar cada movimiento y expresión de sus estudiantes y quien motivó a darle inspiración a mi pluma y a pesar de que tengo detractores a lo que escribo, he de seguir haciéndolo. Pero volviendo a la mirada atentas de mis interlocutoras, les conté este fragmento y a la vez les comentaba, que la lectura me hizo saber usar las palabras, de buscar la forma de expresar en palabras cortas, aquello que habita en mi memoria, que cada palabra envuelve un misterio, que cada palabra puede decir mil mensajes, que mil palabras se resumen en una palabra. Ellas a la vez me contaban como es que leía sus cuentos, sus libros con mil historias. Para probarlo, pidieron que les demuestre con una creación y puse de ejemplo la misteriosa, la hermosa luna dorada, que tan lejana está y que tan cerca nos acompaña su brillo, en algunas noches de cuentos, como ésta . . .
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